jueves, 2 de abril de 2020

Tiempo de pandemia: saturación

(Es tiempo de pandemia. Tiempo de emociones y miradas intensas. El único objetivo de estas entradas es el de satisfacer una necesidad que a veces calificaría de terapéutica. Reflexiones y opiniones que le vienen a uno a la cabeza cuando la cabeza no para)



Es muy poco el instrumental con el que trabajamos estos días:  el fonendoscopio, el tensiómetro y el pulsioxímetro. Esas y los datos que nos cuentan y los signos que vemos al explorar son las herramientas con las que vamos a trabajar en una de las mayores pandemias que han ocurrido en el mundo. Siempre buscamos datos, objetivos, no sujetos a interpretación, que nos orienten en la actitud que tomar. Ahora mismo la saturación de oxígeno en sangre, que es el dato que nos da el pulsioxímetro, es una de las claves. Es la cifra que esperamos con cierta inquietud cuando lo ponemos en el dedo del paciente. Va camino de convertirse en un icono

No se cómo se mide la saturación de los equipos con los que trabajo. Uno,  el de siempre, el del centro de salud, a los que echo de menos, y otro, el del equipo de atención especifico, por el que vamos rotando, y en el que nos vamos ensamblando enfermeras, médicos y personal no sanitario, y de mantenimiento (administrativos, personal de limpieza, ertzainas, taxistas, ..) Veo siempre caras sonrientes al empezar y satisfechas al terminar. Cansancio lógico y asumido. Conversaciones de anécdotas del día y esperanza en el futuro. Quizás en el centro de salud, les noto más cansados, están trabajando mermados de personal, quizás porque no les hacemos sentir lo importante que está siendo su labor de valoración telefónica para filtrar los pacientes que necesitan atención presencial. Pero en general, el pulsioxímetro da buenas cifras.

Saturación. Tres semanas semanas confinados, aislados,  expuestos a noticias negativas un día tras otro, preocupados por el futuro personal, en la salud y en lo económico. Tiempo de convivencia sin alternativa que según pasa el tiempo más difícil se hace sobrellevar. Estos días el alimento de  la paciencia es la esperanza, la necesidad de que todo el sacrificio tiene un sentido. Defendemos del virus nuestro territorio para dejarle sin espacio vital. Pero la saturación sube y en este caso, ese dato  es negativo. Pero hay que pensar en los pulsioxímetros, en que cada buena cifra, justifica todo el esfuerzo que hacemos.

1 comentario:

  1. Tocayo, emociona leerte en estos tiempos que, como has escrito, son de miradas y emociones intensas.
    Un abrazo bloguero virtual.

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