domingo, 30 de noviembre de 2014

Mirando de otra forma


Todo es verdad, todo es mentira.Todo depende del color del cristal con el que se mira. Es posible que no hicieran falta tantos libros como hay en la actualidad para recomendarnos tener en cuenta esto que dice la sabiduría popular. Y sin embargo, nos cuesta ver esa frase tan conocida como la clave para deshacer muchos de los nudos gordianos con que nos encontramos todos los días.

Tenemos la sensación en la práctica cotidiana,
dentro de la consulta, que aparecen y reaparecen situaciones que van minando nuestros, niveles de energía. La persona que acude sin tener cita, ese nombre que vemos con mucha frecuencia en nuestro listado inicial de pacientes, aquella mujer que acude para buscar solución a sus irresolubles problemas de salud, quien tiene un umbral para el disconfort bajo y se considera imposibilitado para ejercer su trabajo, ese persona que acude desde otro nivel asistencial (una vez más) sin las cosas hechas correctamente, etc....Para todos ellos tenemos un "nombre" con el que los "conceptualizamos"

Los conceptos son representaciones mentales de la realidad. De la realidad, o de nuestra realidad, según el color del cristal, recordemos. Los conceptos nos permiten funcionar con cierta agilidad mental y nos ayudan a "ordenar" los acontecimientos que nos van pasando. Acotamos la realidad en etiquetas y ocurre generalmente que esas etiquetas son de colores, y cada color es una mezcla de experiencia, conocimiento, y emoción que nos predispone. Son colores conformados por muchos matices: la cultura laboral , la personal, las expectativas, nuestras ideas y nuestra ideología por ejemplo. Temores, miedos e inseguridades aportan su granito de arena y cabrían en la lista unos cuantos elementos más.

Parece tan obvio como la sabiduría popular. Hay una manera de cambiar el color de la etiqueta, y hasta la etiqueta misma. Podemos preguntarnos cuales de nuestros problemas (en la organización de la consulta, con algunos de nuestros pacientes, en nuestro estado de ánimo) se podrían resolver si el enfoque fuera distinto. Podemos preguntarnos también cuántos de nuestros problemas en realidad lo son, y para quién. Podemos explorar cristales de colores, revisar conceptos, intentar detectar modelos mentales de pensamiento que, lejos de aportarnos, nos limitan y nos roban (energía, ilusión, motivación, ....). Ver si un nuevo punto de vista nos permite construir una nueva realidad.

La pregunta no es cuál es el color adecuado para mirar la realidad, tampoco si es posible saber que cristal utilizar en cada momento y saber cuál es el adecuado. No hay pregunta. El hábito podría ser el de pasar de vez en cuando "nuestra realidad" por varios filtros y someterla a diversos puntos de vista, con la mente abierta. Seguro que la visión es mucho más amplia, descubrimos cosas que hasta ahora no habíamos visto y quien sabe si encontramos un modo de trabajar mas enriquecedor.