(Es tiempo de pandemia. Tiempo de emociones y miradas intensas. El único objetivo de estas entradas es el de satisfacer una necesidad que a veces calificaría de terapéutica. Reflexiones y opiniones que le vienen a uno a la cabeza cuando la cabeza no para)

Decido sudando, con cierta dificultad para respirar y con las gafas de protección empañadas. Decido si mando a alguien al hospital o no. Intento decidir con los síntomas, los signos, el tiempo de evolución y con toda la incertidumbre con la que trabajo en mi ámbito. Busco patrones de decisión que estos días se construyen, se revisan y se perfeccionan según vamos sabiendo cosas. Cosas de lo macro (estudios clínicos, ensayos, decisiones epidemiológicas o de logística ) y cosas de lo micro (las impresiones personales, los detalles y hasta los trucos para realizar mejor nuestro trabajo) Decido si puedo aguantar a un paciente en su casa y hasta cuándo aguanto, que estos días es la duda existencial. Intento dejar fuera la presión de saber que el hospital está colapsado, que no hay camas en la uci, que el enfermo y la familia quiere evitar el hospital a toda costa, los "pero yo no me encuentro tan mal" que oigo, ...Ya decido, cojo aire y voy a atender al siguiente.
Decido qué leo de todos los mensajes que me llegan, de todas las noticias que se publican. Decido cuál es el último protocolo, decido guiarme por el de mi equipo, y desecho otros aunque sean más bonitos. Decido aislarme del exceso de información porque es cierto que el exceso de información bloquea. Me quedo con las herramientas mentales necesarias e imprescindibles. Intento simplificar porque nada va a ser sencillo. Decido mis herramientas emocionales. Decido estar concentrado, cerrar la puerta a determinados pensamientos. Decido saludar con buen ánimo cuando entro a trabajar, y recordar de alguna manera a las personas con las que trabajo que somos un equipo.
Llego a casa. Decido si me tomo un agua con gas o una cerveza sin alcohol. Decido sentir que me lo he ganado.
Y gracias a ti y a tus decisiones, Iñaki, y a otros compañeros y compañeras y las suyas, nos sentimos mucho más seguros. E incluso os lo demostramos a diario con aplausos. Que la Primaria tiene su papel en el Sistema de Salud. Eutsi goiari!
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